¿Dónde dejo estas cenizas que queman más que el fuego que
nos consumía?
¿Dónde pongo lo hallado?
¿Dónde dejo lo que olvidamos?
Tanto cielo afuera y nosotros estrellándonos.
Tanta luna suelta y nosotros sin tocarnos, sin aullarnos...
Algunas veces eres lo que nunca tendré, algunas veces eres
todo lo que he perdido.
Y cansada de este juego eterno, me niego a ser templo de olvido entre tus
manos, me niego a morir entre las fisuras de la memoria…
Te propongo inventarnos de nuevo, deshacernos de lo que
fuimos.
Y en esta materia inútil que nos ata, encontrar el beso
final que nos libere.